Farmamon y Farmacia Monleón

jueves, 16 de enero de 2014

Elección del Calzado Deportivo (I), Estructuras y Tipos.


  
















Continuamos la colección de artículos dedicados al deporte popular

Es tan importante el calzado que de su elección dependen los resultados, ya que los gestos se harán fáciles o difíciles en función de cómo repercutan las cargas sobre el pie y el resto del aparato locomotor, de la estabilidad que aporte y de los rozamientos que produzca con la superficie.

Por ello se deben conocer los rasgos generales de su estructura y composición, procurando adaptarlos a cada caso y a cada modalidad deportiva.

A veces se dan situaciones tan poco comprensibles como que, por no haber tenido en cuenta la anchura y altura de la zona digital, además de los otros parámetro comentados sobre cargas y fricciones de la suela, la compresión de un dedo contra la uña del siguiente provoca pequeñas heridas que limitan el rendimiento o incluso impiden competir.



ESTRUCTURA DEL CALZADO

Todo calzado se compone de dos partes bien diferenciadas conocidas como "Corte", o material de corte, y "Suela"

Cada parte se subdivide en zonas que reciben diferentes nombres y son:

Corte: pala, puntera, lengüeta, embocadura, talonera, contrafuerte y primera plantilla.

Suela: tacón, enfranque, planta, entre suela y cambrillón.

 

RELACIÓN DEL PIE CON EL CALZADO

El pie es el punto sobre el que pivota toda la carga humana para el traslado de su anatomía de un lugar a otro o como anclaje para que puedan moverse determinadas zonas del cuerpo.

En el caso del deportista esto supone transmitir todo el peso y las fuerzas resultantes contra el suelo, así como las cargas de reacción del suelo al cuerpo del deportista.

Esta función que podría entenderse como algo simple y natural, se complica enormemente por la interposición de un elemento entre ambos estratos –pie y suelo- que es el calzado, y que puede modificar negativa o, también en algunos casos, positivamente las angulaciones desde la toma de contacto al despegue así como las cargas fisiológicas, convirtiéndose en la superficie de contacto habitual deportista/superficie de juego.

La primera toma de contacto del pie con el suelo se produce por la zona media externa del tacón del calzado con una angulación de entre 5 y 12º externos con respecto a la vertical provocando un impacto que se amortigua por el tejido adiposo del talón, que es comprimido contra los contrafuertes del calzado disipando la energía del choque.

A continuación se produce una especie de ligero rebote que eleva levemente el talón descomprimiendo por un corto espacio de tiempo la zona, y que se sigue del apoyo de la suela en la superficie para llegar a la fase de apoyo monopodal, haciendo un movimiento de pronación que centra las cargas y las amortigua y distribuye. 

Al iniciarse la fase de despegue, los dedos exteriores que se encuentran en fase extensión empiezan a ejercer presión sobre el calzado, como queriendo agarrarse a él. Esta presión se ve mediada por la contracción del flexor largo común, mientras el primer dedo se mantiene en extensión para pasar en el momento del despegue a realizar una acción de presión en la superficie del calzado a través de la última falange por acción del flexor propio del primer dedo.

En todo este proceso, el pie retrocede dentro del zapato al contactar con el suelo y avanza durante el resto de la fase de apoyo entre 8 y 10mm. Las cabezas de los metatarsianos se deslizan hacia adelante excepto la del primer metatarsiano que se dirige levemente hacia atrás.

Además de esta modificación en longitud, el pie también aumenta su volumen y anchura a cada paso, lo que deberá ser tenido en cuenta a la hora de calzar este pie. Este dato debe tenerse en cuenta sobre todo si se trata de deportes de larga duración en la que estos hechos puedan impedir la buena nutrición tisular, provocando que las estructuras biológicas entren en fase de fatiga y que queden expuestas a lesiones.


TIPOS DE CALZADO

Sin entrar en profundidad, se deben conocer los distintos grupos de calzados según sus características para poder hablar con propiedad del calzado deportivo. Se consideran los siguientes grupos de calzado:

-Calzado convencional. En este apartado se agrupa al calzado utilizado habitualmente y no encuadrado en ninguno de los siguiente apartados, y abarca los subgrupos de calzado para el bebé, calzado para el niño, calzado femenino y calzado masculino.

-Calzado terapéutico. Es el calzado concebido para que con su uso se pueda conseguir una función terapéutica correctora o de otro tipo.

-Calzado preventivo. Es el calzado que se confecciona con la misión de conservar la salud del pie en situaciones de especial riesgo, siendo diferente según se utilice para prevenir infecciones, accidentes o lesiones en la piel o tejidos internos.

-Calzado para el paciente diabético. De todos son conocidos los riesgos que soportan los pacientes diabéticos en los pies, más aún si los utilizan con exigencias máximas como es el caso de los deportista, por lo que siempre deberán estar calzados siguiendo criterios fisiológicos en cuanto a la horma, carecer de costuras internas, revisarse a diario, llevar forros suaves y sin tintar o con tintes no agresivos, etc.

-Calzado deportivo inespecífico. Tal como se comentará un poco más adelante, las llamadas “deportivas” presentan características poco recomendables.

-Calzado deportivo por modalidades.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario